viernes, 15 de marzo de 2013

LAS COFRADÍAS DE LIBRILLA, ENTRE LOS SIGLOS XVI-XIX (1ª parte).


En esta ocasión y por la cercanía de la celebración de la Semana Santa, expongo un anticipo del trabajo que, D.M. se intentará publicar en este año, con el título de “Mencionando Librilla. Referencias Histórico-Religiosas SS. XV- XIX” y que entre otros temas se hace referencia a: la Iglesia como sede y parroquia, el Patrón San Bartolomé, las Pitanzas, las Ermitas, las cofradías y/o hermandades, personajes...., todos referentes a Librilla.
En Librilla, antes del siglo XX, llegaron a existir siete cofradías. Esta eran y por orden de creación aproximado:
  
En el siglo XVI, con la denominación y advocación de:

San Bartolomé                                                                      El Santísimo Sacramento

Nuestra Señora de la Concepción                             Hermandad Virgen del Rosario
  
A partir del S. XVII, se suman las citas de las cofradías de:

La Soledad                                                                                        Jesús el Nazareno
  
Y a finales del S. XVIII, nos encontraríamos con la referencia a la cofradía de:

Las Ánimas del Purgatorio
  
De esta última y en su momento sustituyendo a alguna de las anteriores, aún recuerdan nuestros abuelos –y menos abuelos– algunas de las curiosidades o peculiaridades, representativas de ésta cofradía que, en mayor o menor grado, se manifestaron en Librilla, al igual que en otras localidades y que, en la actualidad, éstas forman parte de las costumbres y tradiciones de la vida de muchos pueblos, llegando a calificarse Patrimonio Histórico Cultural.
Cuadro en relieve de las Ánimas del Purgatorio de la iglesia de Librilla.

Éstas eran, entre otras:

Obras de caridad a las personas pobres de solemnidad (se denominaba así a las personas que carecían de bienes algunos, ni siquiera para tener un ataúd el día de su entierro, puesto que ese artículo era un lujo para ellos). En ese caso eran las cofradías las que se encargaban de su entierro, prestando o dándole un ataúd para ese día.
Mariposas encendidas para el día de los Santos.

Jamás olvidaré ese instante. Fue entonces cuando vi la sombra de nuestras cabezas unidas en la pared encalada. Lámparas, mariposas de aceite por todas partes. Por todas partes, sombras que danzaban, vacilaban, se alejaban por aquel largo y desnudo pasillo. (1)


Y la creación de grupos de ciudadanos donde se veían reflejadas tradiciones como los “Auroros”, “Aguilanderos” “Danzantes”... los cuales saldrían por las calles para representar sus actos. En la actualidad, esos grupos pasaron a denominarse como a nivel general como “Cuadrillas”, estando denominadas éstas como Bien de Interés Cultural.
Foto del Librillano Antonio Hernandez “el Marinero”, uno de los últimos Auroros de Librilla, 1972. (2)

En general, estaba rodeada esta cofradía de una gran cantidad de tabús y creencias, como la existencia del “Santo Entierro” y la ejecución de milagros, por parte de su advocación (la Virgen del Carmen), siempre y cuando tú cumplas el acuerdo contraído con ellas.

Notas.

1.         - Irene NÉMIROVSKY, 1903-1942. “El ardor de la sangre”, reditado por Salamandra Ediciones, en el 2007.

Bibliografía.

 -          José Antonio Rubio García. “Mencionando Librilla. Referencias Histórico-Religiosas (SS. XV-XIX)”. © MU-889-2012.

José Rubio

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