DON CIPRIANO GALEA

D. CIPRIANO GALEA

HIJO ILUSTRE LIBRILLANO

 

D. Cipriano. Nació en Librilla en el año de 1816. Contrajo matrimonio en 1844 con la cartagenera, Natalia Sánchez. Falleciendo en La Ñora en 1889.

 

Tras haber pasado por el ejército, con graduación de Sargento, ingresa en la Escuela Normal, en 1841. Eligió La Ñora para trabajar y estar más cerca de Librilla, localidad ésta a la que estuvo ligado para siempre, pues era donde residían sus padres y parte de sus hermanos, siendo éstos los que lo sustituyen, en las labores eclesiásticas que desarrollaba para la iglesia de San Bartolomé.

 

Fue en La Ñora donde ejerció los trabajos de Sacristán, Fabriquero, y de Docente, llegando a ser en el año 1846, el propietario (titular) de la escuela de niños, hasta su jubilación. Le acompañó su hermana, Dª Antonia, que se fue para ayudarle, en sus necesidades domesticas y en la escuela de niñas, regulándose ésta en 1850 con el nombramiento de Aurelia Sánchez como titular de niñas. Que años posteriores, en 1876, llega a ser  Asunción Galea Sánchez (hija de Cipriano).

 

Se encargo D. Cipriano, de la enseñanza en esa población y sus alrededores. Pues al estar en pleno corazón de la huerta de Murcia, les llegaban alumnos de Javalí Viejo, Puebla de Soto, Guadalupe, Alcantarilla, etc., (y de Librilla se encargo el Profesor, D. Eugenio Martínez Cayuela, fallecido en Librilla en el 1894, a los 76 años. A los dos le concedieron un aumento de sueldo en Febrero del 1888).

 

Debemos tener en cuenta que, en la época, en la que ejercieron su docencia, las escuelas públicas, muchas veces, no eran tales, sino la propia casa del maestro, recibiendo en ella a los alumnos, organizados en varios grupos, más las visitas que hacía a las casas de la huerta, para los niños que no iban a la escuela. Y la comida en ocasiones eran los animales que les daban algunos vecinos para pagarles, procurándose trabajos extras como Sacristán o Fabriquero (llegando a percibir 150 reales al año).

 

De ahí que la labor del maestro Cipriano, fuera reseñada de manera especial mediante un informe oficial de la Comisión Local de Enseñanza. Siendo numerosos los premios y reconocimientos que, Cipriano Galea, obtuvo tanto dentro como fuera de la provincia murciana. Llegándolo a comparar en el periódico “El Liberal” en 1903, como el “Pestalozzi” murciano (famoso pedagogo suizo de la época).

 

A los 73 años, tras cuarenta y tres dedicados a la enseñanza, don Cipriano Galea, falleció. Siendo su hija, doña Asunción Galea, la que sigue los pasos de su padre, en la enseñanza. Fue tal el cariño, aprecio y reconocimiento político, que se le tenía a don Ci@riano  en La Ñora, que, cinco años después de su muerte, en 1894, se le hace un monumento en su honor. Obra que resiste todos los avatares históricos, acaecidos en más de un siglo de existencia, (como fue una guerra civil y sus efectos), siendo restaurada en 1982.
 

 

Exhibe la efigie en bronce de este hijo adoptivo de La Ñora, situado en la plaza de la iglesia, y del que se cree que es el primer monumento a un maestro nacional en España. También lleva su nombre, un colegio privado que se hizo cooperativa.

 

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Tal es mi escrito, que me gustaría que sirviera como reconocimiento en esta ocasión y espero que no sea la última, de un librillano hacia otros Librillanos, tanto a los mencionados como a los que no se les ha mencionado.

Un llamamiento hago a las autoridades e interesados para que aplaudan  el reconocimiento de las personas que han llevado y llevarán el nombre de Librilla fuera y dentro de nuestras fronteras.

  

JOSE RUBIO